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La iglesia de San Miguel Arcángel: testimonio del pasado de Las Rozas
Construida en la primera mitad del siglo XVI, es el edificio más antiguo y singular del municipio. Se trata de uno de los pocos vestigios arquitectónicos que conserva Las Rozas de su historia primitiva, como recoge el libro Arquitectura y Desarrollo Urbano (1991). Su valor no es solo arquitectónico, sino también simbólico: junto con la calle Real, el arroyo de La Gavia y la plaza mayor, configura el núcleo histórico del casco urbano y el corazón social y administrativo del municipio desde sus orígenes.
Una mezcla de influencias góticas, renacentistas y mudéjares
La iglesia presenta una planta de tres naves separadas por columnas de sillería y arcos de medio punto.
• La cabecera, típicamente gótica, está rematada por bóvedas de crucería.
• El edificio se alza sobre muros de mampostería y ladrillo con zócalo de granito y contrafuertes.
• La nave central tiene un artesonado sencillo.
• La torre, ubicada a los pies, también está construida en ladrillo y mampostería.
Este conjunto reúne influencias castellanas, manchegas, góticas tardías y renacentistas, aunque predominan los elementos mudéjares. Es representativa de un modelo muy extendido de iglesia rural madrileña del siglo XVI.
Durante la Guerra Civil, la iglesia sufrió graves daños estructurales. Fue posteriormente reconstruida por el organismo Regiones Devastadas, que llevó a cabo intervenciones para devolverle su carácter monumental:
• Se eliminaron edificaciones cercanas que ocultaban su silueta.
• Se crearon zonas estanciales conectadas por escalinatas.
• Se resaltó su ubicación elevada sobre una colina, dándole protagonismo en el paisaje urbano.
Una joya de la arquitectura religiosa local
San Miguel Arcángel es un ejemplo claro de la arquitectura religiosa del siglo XVI en la Comunidad de Madrid. Su valor patrimonial radica en su estado de conservación, su simbología para la comunidad y su estilo híbrido, testimonio de una época de transición artística.
Elemento central del casco antiguo de Las Rozas
Hoy en día, la iglesia y su entorno siguen funcionando como epicentro simbólico y geográfico del municipio. Desde su posición privilegiada, domina el entorno urbano y forma parte esencial del recorrido histórico y cultural de Las Rozas.
El Puente del Retamar: testigo del antiguo Camino Real
Construido entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, el Puente del Retamar es una joya del patrimonio histórico de Las Rozas. Hecho en sillería de granito, formaba parte del Camino Real de Madrid a El Escorial, una de las rutas más importantes de la región. Durante siglos, fue paso obligado para carros, viajeros y mercancías. Consta de siete arcos de medio punto, bastante esbeltos, separados por seis tajamares
En el corazón del Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama
El puente se encuentra sobre el río Guadarrama, en plena zona protegida del parque regional. Este enclave combina a la perfección historia y naturaleza, ofreciendo paisajes únicos, vegetación autóctona y una rica biodiversidad. Es un rincón ideal para conectar con el entorno natural sin salir del municipio.
Perfecto para familias, ciclistas y senderistas
El área recreativa que rodea al Puente del Retamar está diseñada para pasar un día completo en la naturaleza:
El acceso es fácil, está bien señalizado y cuenta con aparcamiento gratuito.
Este rincón de Las Rozas es perfecto para:
Durante los últimos años del reinado de Carlos III, se ideó un proyecto de gran envergadura: unir Madrid con el océano Atlántico mediante una vía fluvial navegable de 771 kilómetros. Este canal debía facilitar el transporte comercial desde la capital hasta el mar.
El encargado del diseño fue Carlos Lemaur, ingeniero militar de origen francés con gran experiencia en obras hidráulicas. A su fallecimiento, el proyecto fue continuado por sus hijos, quienes dirigieron las obras desde el principio. En 1787 comenzaron los trabajos, en los que participaron más de 2.000 personas: jornaleros, militares y presos.
La pieza clave del sistema era una gran presa en el río Guadarrama, situada entre Molino de la Hoz y Torrelodones, conocida como la Presa del Gasco. Desde allí partiría un canal navegable hacia Madrid. Este canal tenía como función principal alimentar de agua al gran canal atlántico, cuyo inicio se situaría cerca del actual Puente de Toledo.
Una catástrofe natural frustró la obra. Tras 12 años de trabajo, en 1799, cuando la presa alcanzaba los 57 metros de altura (de los 93 previstos), una serie de lluvias torrenciales provocaron un grave derrumbe del muro exterior. Los daños fueron tan severos que el proyecto fue abandonado definitivamente.
A pesar de no haberse terminado, hoy pueden visitarse numerosos restos del canal del Guadarrama:
Las trazas mejor conservadas se encuentran entre la Presa del Gasco y la zona de El Encinar (Las Matas), atravesando un paraje de alto valor ecológico y paisajístico.
Ubicada muy cerca de la animada Calle Real, la Plaza de España es el epicentro social del municipio. Con su ambiente siempre vivo, es un lugar donde se mezclan vecinos, familias, visitantes y comerciantes. Un espacio que respira historia, convivencia y vida local.
Bajo sus encantadores soportales y alrededor de su templete central, encontrarás numerosas terrazas perfectas para hacer una pausa. Ya sea a mediodía o por la tarde, es el lugar ideal para disfrutar de la gastronomía local en un entorno acogedor.
Conciertos, actividades y vida al aire libre
La Plaza de España acoge habitualmente conciertos, actividades culturales y eventos públicos. Su disposición abierta la convierte en un escenario perfecto para celebraciones locales, fiestas y actividades familiares, siempre en un entorno peatonal y seguro.
Ermita de Nuestra Señora del Retamar: fe, tradición y raíces
Situada junto a la Dehesa de Navalcarbón, esta ermita es uno de los espacios más emblemáticos de Las Rozas. Aunque su construcción actual es moderna, está dedicada a la patrona del municipio, cuya devoción se remonta al siglo XIV.
Es un lugar clave en la vida religiosa y cultural del municipio, y un símbolo muy querido por los vecinos.
Espacio de celebración litúrgica
La ermita acoge celebraciones religiosas a lo largo del año, en especial durante las fiestas patronales. Entre ellas destacan:
Cada año, cientos de vecinos se congregan en un ambiente festivo, familiar y lleno de raíces. La ermita, rodeada de zonas verdes y próxima al recinto ferial, se convierte en epicentro de la celebración: música, comidas al aire libre, bailes y actividades para todos los públicos.
Entre la naturaleza y la vida urbana
Gracias a su ubicación privilegiada, la ermita es accesible a pie o en coche, y está rodeada de espacios verdes, sendas peatonales y áreas recreativas. Es un lugar perfecto para combinar patrimonio cultural con un paseo por la naturaleza, especialmente durante los días festivos o en fines de semana tranquilos.
El puente atirantado sobre la A-6: arquitectura y símbolo urbano
Inaugurado en 2007, este puente se ha convertido en una de las estructuras más reconocibles de Las Rozas. Su diseño audaz, su altura y su ubicación estratégica hacen que funcione como un verdadero arco de bienvenida al municipio, especialmente visible desde la autovía A-6.
La obra fue diseñada por el reconocido ingeniero español Juan José Arenas de Pablo, autor de puentes emblemáticos en toda España. Sus características técnicas lo convierten en una pieza destacada de la ingeniería moderna:
Un puente entre zonas, personas y estilos de vida.
Más allá de su impacto visual, este puente tiene una función urbana clave: conectar nuevos desarrollos residenciales con el centro de Las Rozas, mejorando la movilidad peatonal y ciclista sobre la autovía. Es una infraestructura pensada para facilitar la vida diaria de vecinos y visitantes, integrando diseño, funcionalidad y accesibilidad.
Iluminación, visibilidad y compromiso social
Gracias a su espectacular iluminación nocturna, el puente se convierte en un escenario visible y dinámico. Ha sido iluminado en ocasiones especiales como símbolo de concienciación social, destacando su papel en campañas como la lucha contra el cáncer de mama. Es mucho más que una infraestructura: es también un símbolo contemporáneo del compromiso, la ambición y la proyección de Las Rozas hacia el futuro.
Ubicada en el centro neurálgico del municipio, la Plaza Mayor es mucho más que un espacio público: es el epicentro histórico, institucional y social de Las Rozas. Desde aquí se puede sentir el pulso del municipio en cualquier momento del día.
Sede institucional y emblema arquitectónico. Presidiendo la plaza se alza el Ayuntamiento de Las Rozas, un edificio de líneas sobrias que combina piedra y ladrillo visto, con una torre del reloj que se ha convertido en un símbolo visual del municipio. Durante las fiestas, su fachada se engalana con banderas y flores, y sus balcones son testigos de actos oficiales, celebraciones y encuentros ciudadanos.
Un lugar donde la ciudad se encuentra consigo misma
La plaza se abre como un gran espacio peatonal donde conviven:
Eventos, arte y dinamismo en el espacio público
La Plaza Mayor es también escenario habitual de:
Fortificaciones de la Guerra Civil en la Dehesa de Navalcarbón
En Las Rozas se conserva un notable conjunto de restos militares construidos durante la Guerra Civil Española, situados en la Dehesa de Navalcarbón, un espacio natural hoy muy transitado por vecinos y visitantes. Estos restos tienen gran valor histórico y paisajístico, al integrarse en un entorno verde que permite conocer de cerca cómo era la arquitectura defensiva de la época.
Nidos, fortines, trincheras y observatorios
Las construcciones están hechas principalmente con mampostería y hormigón armado, y se reparten en distintos puntos del terreno, aprovechando la orografía para cumplir funciones defensivas. Entre ellas destacan:
Este conjunto de estructuras permite conocer de primera mano los sistemas defensivos utilizados en el conflicto. Su conservación en el entorno natural de Navalcarbón ofrece una oportunidad única de fomentar la historia, la educación y el respeto a nuestro pasado, al tiempo que se integran en rutas senderistas y culturales del municipio.
Los restos pueden visitarse en paseos a pie o en bici, siempre respetando el entorno. Se recomienda:
Es un lugar ideal para combinar naturaleza, historia y reflexión, accesible para vecinos, estudiantes y visitantes interesados en el pasado reciente de Las Rozas.